Todo comienza en 1960, un año después de la publicación del artículo de Cocconi y Morrison en la revista Nature, titulado “Searching for Interstellar Communications”.
Sin que ellos lo imaginaran, el joven astrónomo Frank Drake, trabajando en el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) en Green Bank, llevaría a cabo el primer experimento del tipo de “búsqueda” que ambos proponían en su artículo.
Nació así el Proyecto Ozma (en honor a la princesa de Oz) que apuntó el radiotelescopio de 26 metros hacia dos estrellas cercanas, tau Ceti y épsilon Eridani. Durante más de 200 horas de escucha, no se detectó señal alguna, pero la era de la búsqueda científica de inteligencia extraterrestre (SETI) había comenzado.