Resultados preliminares de la ocultación de Betelgeuse

Última actualización: 24 Enero 2024

La ocultación de Betelgeuse (a Ori) por el asteroide (319) Leona, que tuvo lugar el pasado 12 de diciembre, pudo ser observada no sin ciertas dificultades provocadas por nubes mayoritariamente altas, desde el sur de España y Portugal. Sabemos de unos pocos observadores que, en el momento preciso de la ocultación, de solamente unos segundos de duración, no pudieron ver ni registrar nada por culpa de la opacidad de las nubes.

De todas formas, sabemos que una gran mayoría pudieron disfrutar de la brevísima pero espectacular caída de luz del hombro rojizo del cazador gigante. Solamente los situados a pocos kilómetros de distancia de la línea central de ocultación pudieron ver esta caída. Desde puntos situados a una veintena de kilómetros al norte o al sur no se apreció nada a simple vista. En cambio, registros fotométricos obtenidos mediante cámaras digitales sí que permitieron apreciar leves caídas de luz a distancias de hasta una treintena de kilómetros.

A partir de un análisis muy preliminar de los resultados, se deduce que la línea central de desplazó unos muy pocos kilómetros hacia el norte, corroborando así la gran precisión de la predicción elaborada conjuntamente por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) y el Observatorio de París.

No olvidemos que la estrella es una gigante roja, con un diámetro aparente cercano a los 50 milisegundos de arco (mas). El asteroide es oblongo con el diámetro mayor orientado sensiblemente de norte a sur en el momento de la ocultación. Según confirman las observaciones, este eje mayor llegó a cubrir totalmente el disco de la estrella, pero no así el eje menor. Por este motivo, la estrella no llegó a desaparecer de manera total en ningún momento aun desde la línea central de ocultación, aunque si llegó a estar durante un par de segundos, a lo sumo, por debajo del brillo de Bellatrix (el hombro contrario de Orión).

Sin salir de España el fenómeno también se registró en la isla de Eivissa, y en el ámbito mediterráneo en el sur de la isla de Cerdeña, el sur de Italia, y el norte de Grecia y Turquía. La franja de ocultación terminaba su recorrido por encima de la Península de Florida, en los EE.UU. y México, pero desde estos lugares el mal tiempo o la poca altura de la estrella sobre el horizonte impidieron ver nada.

Por el momento hay contabilizadas un centenar largo de observaciones positivas, casi una mitad de las cuales corresponden a las realizadas en suelo español. Siguiendo las recomendaciones de José Luis Ortiz (IAA) sobre estudios estadísticos de la nubosidad nocturna, la mayoría de estaciones se localizaron en las provincias de Murcia y Albacete. Tal como se ha comentado más arriba, el paso de la cola de un frente nuboso, deslució ligeramente el espectáculo, pero añadió un poco más de emoción al asunto. Sin duda, un acontecimiento digno para perdurar en la memoria de todos los que pudimos disfrutarlo.

En estos momentos, profesionales y aficionados estamos trabajando codo con codo para extraer la fotometría de todos los muy diversos registros. Estos datos servirán no solamente para modelizar el asteroide, sino también para hacernos una imagen detallada de la estrella: forma, dimensiones, zonas superficiales de diferente brillo, grado de oscurecimiento del limbo, etc. Algunos equipos obtuvieron también espectros, que se añaden a los datos que permitirán conocer mejor la gigante del gigante. Seguramente nos esperan años de trabajo para extraer toda la ciencia de lo que pasó durante aquella decena de segundos.

¿Muchas gracias a todos los colaboradores!

Por cierto, si queréis leer algunos resultados preliminares, os recomendamos descargar la revista Occultation Astronomy de la IOTA en https://www.iota-es.de/

 

Carles Schnabel, (Agrupación Astronómica de Sabadell / IOTA)