Por ejemplo, algo menos de 12 veces en cada una de nuestras revoluciones a la estrella se repite el mismo patrón. Lo sabemos porque monitorizamos ese planeta desde el punto de equilibrio número 1.
Ahí están de nuevo, ya han comenzado los destellos en la parte oscura, siempre en los lugares del planeta donde viven, más o menos centrados en la parte nocturna. Todavía no entendemos el mensaje, no hemos sido capaces de descifrar el código oculto en los juegos de luces. Pero estamos seguros de que tiene que haberlo. Durante una revolución completa, agrupados en 24 franjas producen destellos que vemos con claridad.